martes, 30 de septiembre de 2008

Somos ciudadanos del mundo, para las perdidas



Esta caritatura publicada en Rebelion me ha parecido tan genial que no pude resistir la tentación de compartirla con ustedes. Ilustra muy bien las consecuencias de la crisis financiera de Estados Unidos, y a nivel local, los desastres de las que nosotros vivimos con las quiebras de los bancos. Nacionalizar las perdidas e individualizar las ganancias. ¡Viva la apología del esfuerzo personal!

¿Quién es tan ingenuo para creer(como en la Trinidad) en el libre mercado de forma absoluta? La economía siempre es dirigida y nuestra prosperidad no depende sólo de nosotros. Tiene que ver con el entorno.

La moneda se devalúa por decisión de un gobierno, por presión de lobbies empresariales o por especulación oportunista. Y usted, usted mi amigo, que hace apología del esfuerzo personal, lo puede perder todo. Tal vez con lo que ahora compra una casa, podrá tener un chicle.

Y usted madrugador, pequeño empresario convencido de que los pobres son vagos que no quieren trabajar, puede convertirse en un mendigo porque su Gobierno y el lobby empresarial que influyó en una negociación determinaron que su sector tenía que ser sacrificado. ¡Será que no se esforzó lo suficiente! No, tal vez le faltó innovación, productividad o visión. Crea el cuento y siga leyendo libros de autoayuda para hacerse rico…

Por cada historia de éxito escrita en un informe, hay miles de fracasos. Y fracasa gente inteligente, emprendedora y entusiasta como usted, pero a ellos les dicen vagos improductivos. Conozco a personas fenomenales, madrugadoras y brillantes sin empleo ni capital. Pero, no lo entendemos. Tenemos el cerebro carcomido por el evangelio de la prosperidad y el mérito.

El éxito de una sociedad consiste en hacer pactos colectivos que eviten la injusticia sin limitar la libertad. Esa es la parte compleja. Por eso no me gusta que todo el poder se encuentre en manos del Gobierno, pero tampoco de los empresarios.

Al Estado siempre podremos exigirle, porque finalmente nuestros representantes necesitan votos y apoyo, pero un banco sólo necesita nuestro dinero y bien se ve que lo puede conseguir por las buenas o por las malas (con nuestros ahorros o con nuestros impuestos) y que por cierto, a veces no es tan eficiente. Pero, ocurre que cuando el Estado es deficiente nosotros criticamos y se privatiza. Cuando un banco es ineficiente, pues, como no somos tan malos, no lo dejamos solo, acudimos en ayuda del prójimo afligido…

Lo que más me llama la atención, a propósito de la crisis, es el cambio de lenguaje.
Ahora quienes siempre hablan de la competencia, quieren solidaridad. El presidente de Estados Unidos, George Busch nos ha llamado a todos ciudadanos del mundo. Yo me sentí halagada, imagínense, pensaba que era una ciudadana del submundo…

Si no fuera por el miedo que me da la crisis hasta habría comprado champaña para celebrar.

Les dejo una encomienda para un análisis que quiero hacer. ¿Podrían ustedes por favor ayudarme a encontrar noticias relacionadas con las opiniones de los organismos financieros sobre las medidas que ha tomado o que debe tomar la nación del Consenso de Washington?

Creo que será un ejercicio interesantísimo… Luego les cuento.

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