jueves, 30 de octubre de 2008

¿Qué dirán las "madames y las doñases"?



-¡Madame, no sea ladrona!, dice, juguetona, una doña dominicana a una vendedora haitiana que quiere conseguir una sabana a mitad de precio.
¡No compra, no compra!, grita la “madame” molesta.
Luego, las mujeres discuten con acritud. Veinte minutos más tarde, llegan a un acuerdo: La sabana es vendida y la madame y la doña se despiden. Ya se sonreirán la próxima semana, en medio del bullicio del mercado de Tamayo, en la provincia Bahoruco.

Aquí las “madames” y las “doñases” son protagonistas del pequeño comercio y de la economía doméstica. Son diosas de las grandezas de lo cotidiano en este sitio que huele a orégano, a frituras, a ropa polvorienta y a sudor humano.

Por ellas dos culturas se encuentran. Entre los prejuicios y las barreras lingüísticas, se tejen amistades, historias solidarias, cariños extraños que trascienden los precios de las sábanas y de las habichuelas.

Ahora que en mi provincia a unos cuantos les ha dado por practicar la xenofobia, ahora que en Neiba, su capital, en ¡Neiba! un incidente en el que supuestamente un haitiano mató a un dominicano ha desatado una persecución contra sus compatriotas (me pregunto si también contra dominicanos de padres inmigrantes) tenemos que apelar a la sabiduría de las “madames” y las “doñases”.

Ellas hacen comercio y amistad, a pesar de los prejuicios. ¡Cuántas veces una doña no le llevó un vaso de agua a la madame! ¡Cuántas veces una madame no rebajó un producto, olvidando la lógica del comercio, para ser solidaria con una doña en apuros!

Yo, que crecí cerca de ese mercado, que soy hija de una doña que cuenta entre sus amigas a una madame encantadora, sé de lo que hablo. Estoy segura de que ellas no aprueban la barbarie que ha ocurrido en la provincia. No les he preguntado, pero sé que les duele que 500 haitianos fueran obligados a abandonaran sus casas por un delito que no cometieron. Inocentes perseguidos por xenófobos.

Les prometo que cuando vaya a mi pueblo, uno de estos días, entrevistaré a madames y a doñases para que nos cuenten lo que piensan de esta locura, de esta cobardía.

Imagen de: http://www.avveduto.com/

lunes, 27 de octubre de 2008

Sí, estamos hasta el aura de tanta porquería



Sólo puedo decir corroboro, corroboro.

sábado, 25 de octubre de 2008

Humanidad



Altagracia es una trabajadora doméstica de 50 años de edad que cada tarde debe subir decenas de escalones empinados para llegar a su casa, uno de los ranchos de un miserable caserío en la zona más pobre del sector Los Ríos, en la Capital.

Me imagino a esta cincuentona en su casita, luego de trapear y planchar ropas en varios apartamentos. Supongo que, como la mayoría de las mujeres dominicanas, hace la cena, regaña a los hijos adolescentes, consuela a una vecina en problemas, llama a su mamá por el teléfono celular que se ha comprado con sacrificios…y al final de la jornada, tal vez le quede tiempo para los mimos de los muchachos y para coquetearle al marido.

Doña Altagracia es hiperactiva. Desde las 8:00 de la mañana corre de casa en casa y algunas veces no desayuna. Quizás por esa razón, tal vez por las tensiones acumuladas, los años de trabajo y las tristezas de la vida, una de esas mañanas calurosas, cuando el sol se empeña en comernos vivos, se mareó en una de las viviendas donde se gana el pan, el salami y los huevos de cada día.

La dueña de la casa le hizo una sopa de ajo, le masajeó el cuerpo, le regañó por su mala costumbre de no comerse el desayuno que con tanto cariño le prepara y se quedó preocupada porque no pudo comunicarse con la empleada doméstica. No encontraba su número de teléfono.

Cuando su hija llegó del trabajo, le ordenó, con la autoridad que conservan las madres durante toda la vida, que localizara a Altagracia. Como la hija se entretenía en nimiedades, le reclamó con dulzura por el tiempo que tardaba en comunicarse con esa Altagracia “que como sea me ayuda en algo, no mucho”…

Y, la hija, que no se mete en los líos de la Mamá y Altagracia, “porque ellas se entienden”, no le dio importancia al comentario sobre el trabajo de la mujer y finalmente la contactó por el celular.

Las doñas conversaron. La Mamá regañó a Altagracia otra vez. “Te vas a morir”, “Llámame mañana, no vengas” le decía constantemente. Luego, le recordó a su hija que quiere a esa mujer que ha trabajado con ella durante años. Le dijo, como para darle una lección, que aunque no la conociera, se habría preocupado porque “hay que tener humanidad”.

Y yo, que andaba de visita en aquella casa y que sólo conozco a Altagracia por la conversación entre la madre y la hija, también entendí la lección.

Me he quedado con el recuerdo de Altagracia y ahora pienso en las Altagracias que han pasado por mi vida…y reflexiono sobre el hecho de que nunca les hice el desayuno.

Entiendo cabalmente lo que significa tener humanidad porque un ejemplo vale más que mil ensayos o que cien discusiones en la universidad. ¡Qué discusiones tan geniales! Pero, ¿cómo se llamaba el conserje que servía el café?

Fuente de la imagen: www.wikipedia.org

domingo, 19 de octubre de 2008

Van dos meses de la agresión y la Fiscalía aun no actúa”

(Solidaridad con
Vianco Martínez)

A dos meses de la agresión de que fue víctima en el Teatro Nacional, el periodista Vianco Martínez expresó su “extrañeza” por el retraso de la Fiscalía del Distrito Nacional en completar la fase de investigación, y pidió al Fiscal del Distrito, doctor Alejandro Moscoso Segarra, que no permita que la querella muera en su jurisdicción.

Martínez fue atacado la noche del 23 de agosto por Rafael Emilio Vargas y Josué Vargas, dos espalderos al servicio del empresario Saymon Díaz pertenecientes a la compañía Centauro Security Group, mientras esperaba para realizar una entrevista periodística al cantautor español Pedro Guerra.

“Esta semana se cumplen dos meses de esta cobarde agresión y todavía la Fiscalía del Distrito Nacional ni siquiera ha interrogado a los testigos”, expresó.
Martínez recordó que ha tomado la palabra al magistrado Moscoso Segarra, quien le dio seguridad de que su caso será llevado como es debido.

“Estoy confiando en la palabra empeñada del magistrado Moscoso Segarra y en la seguridad que me dio de que el Ministerio Público jugará su papel como es debido”, puntualizó el comunicador.

Y añadió: “Señor Fiscal, no permita que la querella en contra de los agresores del Teatro Nacional muera en su jurisdicción”.Sostuvo que la justicia tiene que dar un ejemplo ante esta agresión para que “nunca más” vuelva a suceder.

Vianco Martínez aseguró que mantiene el sometimiento en contra de sus agresores y dijo que nadie, por más poder que tenga y por presiones que ejerza, va a vencerlo por cansancio.

“Si alguien está interesado en dar larga al asunto, a fin de que me retire por cansancio o por falta de resistencia, puede estar seguro de que pierde su tiempo”, enfatizó.

Martínez deploró el ataque de que fue víctima y reiteró que no había motivos para proceder con violencia por el sólo hecho de esperar una entrevista periodística. “Sigo pensando que aquello fue una infamia y que sus responsables tienen que pagar por ello ante la ley”, manifestó.

Vianco Martínez explicó que el proceso judicial que lleva a cabo tiene el doble propósito de que se haga justicia frente a la conducta delictiva de unos espalderos y de quienes los mandan, y además de decirle a la sociedad que el derecho a la información sigue vigente en la República Dominicana y que los periodistas pueden ejercer sus libertades con seguridad de que no serán víctimas de la violencia.

“Esta es una oportunidad que tiene la justicia de decirle a la sociedad que hacer una entrevista, sea a un artista o a un carbonero, a un presidente o a un vendedor de naranjas, a un ministro o a un mendigo, no es una delito y que, por el contrario, es una de las muchas maneras de ejercer el derecho a la información, que está consagrado constitucionalmente”, precisó.

Martínez dijo que cuando se permita que a un periodista se le arrastre como un delincuente por hacer unas preguntas, ese día se empiezará a escribir el epitafio de la libertad de prensa en la República Dominicana.

El caso de Vianco Martínez es conocido por la magistrada Cándida Ramos Ovalle, coordinadora del departamento de crímenes y delitos contra las personas de la Fiscalía del Distrito Nacional, tras la salida del doctor Demetrio Ramírez Ramírez, sobre quien el querellante expresó inquietudes de que estaba cometiendo irregularidades inexplicables en la conducción del proceso.

lunes, 13 de octubre de 2008

Las informaciones y la crisis financiera

He seguido las informaciones sobre la crisis financiera mundial, originada por un lío mayúsculo con las hipotecas de Estados Unidos, en medios tradicionales como El País y The New York Times y en sitios no tan convencionales o antisistema como Rebelión y por supuesto, en las páginasde organismos oficiales como el Fondo Monetario Internacional.

Les diré la duda que asalta mi alma, luego de quemarme las pestañas: Me pregunto por qué se citan en tan pocas ocasiones los nombres de las personas e instituciones culpables de la crisis en Estados Unidos, pero también en Europa. Al fin de cuentas, hubo quienes estafaron al prójimo. Otros sólo dejaron hacer. ¡A cada quien según su culpa!

Mi otra gran interrogante: ¿quiénes serán sacrificados para salvar a los banqueros y a los especuladores? La prensa reseña las noticias sin especificar, por ejemplo, qué partidas presupuestarias serán recortadas. (¿para premiar la eficiencia?)

El grupo de los siete países más industrializados, G7, se reunió para apoyar a los banqueros e inversionistas, esos que tanto proclaman la libre competencia, apoyados por economistas que enseñaron que siempre hay ganadores y perdedores.

(Me pregunto por qué no pierden con tranquilidad su negocio. Hay pequeños comerciantes que tendrán que cerrar su local, por responsabilidades ajenas, y para ellos no hay subsidio. Se puede salvar el banco sin devolverlo a los mismos que los quebraron. Algunos son investigados por el FBI).


Da la sensación de que todos, de alguna manera, somos responsables y que debemos cooperar para poder salvarnos de una crisis que nos hará más pobres. ¡Solidaridad con los banqueros y hasta con los más burdos especuladores de capital financiero!

Lo peor, es que gran parte de la prensa de Estados Unidos les hará el juego a los burócratas. Algunos medios ni siquiera escribirán la palabra crisis. Supongo que algunos artículos parecerán más bien ¡informes técnicos del Banco Mundial! Si la prensa, encargada de llamar a las cosas por su nombre, cuando los oficinistas las tiñen de eufemismos no hacen su trabajo, pues…mal andamos porque incluso hay periodistas orgullosos de su contribución.

Ahora, digo yo. ¿No hay sanción para el país o los países que permitieron, con su irresponsabilidad, que la crisis afectara a terceras naciones? Lo que más extraño es a los organismos internacionales pidiendo que rueden cabezas, despotricando contra los irresponsables que no hicieron caso cuando se les advirtió de que íbamos por mal camino.

sábado, 4 de octubre de 2008

Lavado de conciencia



Muchos puertorriqueños y dominicanos que -como yo- se acercan peligrosamente a los 30, conocen esta pieza de hip-hop, que también fue bien recibida por algunos que no son tan fanáticos del género, entre los cuales me incluyo.

Me animé a colocarla para expiar una pecado de pensamiento. El viernes estaba en Capotillo y me asusté cuando, de repente, se acercó a mí un joven con tatuajes (en actitud nada amenazante).

El muchacho pasaba por la acera y me faltó poco para correr (no lo hice por la compostura que se supone debe guardar un periodista mientras trabaja). Luego, pensé en lo irracional de la actitud.

Como nada es mejor para la buena conciencia que confesar el pecado, pues confieso que me asusté de su apariencia, que juzgué mal a un muchacho que caminaba hacia la motocicleta con la que se gana la vida.

Es bueno reconocer los síntomas del inicio de la enfermedad de la intolerancia a tiempo, para curarse. Lo peor es creerse inmune y argumentar a favor de una con ejemplos de actitudes y hechos del pasado.

Después de todo, hubo una época en la que jóvenes rebeldes dominicanos escribieron, como los franceses: “La imaginación al Poder” y ahora muchos de ellos ejercen el poder sin imaginación y apoyan redadas policiales en las que muchachos que cometen el pecado de verse diferente son encarcelados durante 24 horas en los destacamentos, mientras prueban su inocencia.

¡Que vergüenza! El joven de mi espanto no roba, no mata, no vende drogas, ni es un funcionario corrupto. Es sólo un chico al que le dio la gana de tatuarse.
Quise huir de él y, sin embargo, nunca he intentado huir de quienes apoyan la injusticia de que un hombre honrado vaya a la cárcel.

(Este es un paréntesis musical. Luego hablamos de las informaciones publicadas en la prensa sobre los consejos de las instituciones del Consenso De Washington al gobierno de Estados Unidos a propósito de la crisis financiera).