domingo, 19 de julio de 2009

¿No les da vergüenza?



-¿Pero, es que a Jaime David y a los otros funcionarios no les da vergüenza apoyar la cementera mientras estos muchachos protestan?-me dijo una amiga que me acompañó ayer al concierto “Música por los Haitises”.

-No, han perdido la capacidad de avergonzarse-respondí y continué disfrutando del rock que animaba la tarde en la Plaza España.

Luego reflexioné en las cosas que perdemos: la generosidad, las ilusiones que se desvanecen. Un hecho me martilló la cabeza, una y otra vez, hasta que me decidí a escribir.

Los niños del campamento de Villa Duarte dieron algunos de sus juguetes más queridos a los niños pobres de la Carretera Internacional. Para ellos, un juguete es el equivalente al mejor de nuestros zapatos, a la camisa más apreciada, a los objetos que nunca compartimos cuando de caridad se trata. Y que conste que creo que la caridad es mejor que la indiferencia.

Pero, los niños no son caritativos, no dan para acallar la conciencia, son generosos. Dieron lo mejor que tenían. Yo no. Fui sensata y para la ocasión entregué lo que me pareció razonable en una quincena en la que no me sobraba el dinero.

Analizando la conversación que tuve con mi amiga en el concierto y la generosidad de esos niños, me da miedo pensar en la persona en que me puedo convertir. Ya no soy tan buena como los niños del campamento de Villa Duarte. No le regalo a nadie los tenis que me fascinan y que tanto trabajo me da encontrar en las tiendas. De adolescente no tenía problemas en regalarlos, aunque los zapatos deportivos siempre han sido mi debilidad cuando de atuendos se trata.

Entonces me pregunto si cuando lleguen las primeras canas, seré como Jaime David y los promotores de la cementera y dejaré solos a unos muchachos que quieren proteger el patrimonio nacional. ¿Será que me pondré en la acera contraria de las buenas causas?

¡Qué horror! Mejor me pongo las pilas y trato de mantener viva a la niña que todavía vive en mí, antes de que además de mis tenis, me aferre a las posiciones, al estatus, al dinero y me olvide de las cosas importantes de la vida.

Ahora creo que con unos zapatos deportivos, algo de comida y mis manos que sirven para muchas cosas, además de escribir, puedo vivir feliz de la vida. Espero no sumar más obstáculos a mi libertad.

Pido a la vida, con toda humildad, el valor para que la cobardía no reine sobre los principios. Pido a la vida, consciente de mis debilidades y cobardías, el valor de actuar siempre con libertad.

Imagen de José Rafael Sosa, fusilada de EcoLucha. Por cierto, me alegré y sorprendí por la cantidad de gente, principalmente jóvenes, que fue al concierto.

sábado, 18 de julio de 2009

¡ALERTA!!! PRETENDEN AMARRAR PERROS CON LONGANIZA


Luis Carvajal


Indignación, ira y un profundísimo sentimiento de asco genera conocer el historial de la persona que, en representación del Sistema de Naciones Unidas, encabeza el equipo que se encargará de evaluar el conflicto de Los Haitises. JUAN MAYR MALDONADO, ex ministro de Medioambiente de la República de Colombia.
Un verdadero memorial de agravios al ambiente y a las comunidades originarias adorna la hoja de vida de quien habrá de conducir la experticia en torno al conflicto generado por el deseo de una entidad privada de instalar r una cementera en una zona frágil del Carso de Los Haitises.
Para ilustrar, citamos un documento elaborado por grupos ambientales preocupados por la discusión del Protocolo de Bioseguridad de Colombia que implicaba la amenaza para perder la soberanía sobre los genes, la biodiversidad y los conocimientos y prácticas ancestrales:

“No confiamos en la tarea que haya hecho para lograr un acuerdo en el Protocolo de Bioseguridad, pues en la relación con los pueblos indígenas de Colombia, su actuar ha estado basado en el engaño, el irrespeto y en otras conductas que están distantes de la buena fe, que debería tener todo funcionario público y toda persona que presuma de haber aprendido algo de los pueblos indígenas. Entre otras cosas, el ministro está desconociendo la estructura organizativa de los pueblos indígenas.

Juan Mayr, valiéndose del acceso a la tecnología como el internet, está realizando una amplia campaña de desinformación en lo referente a la problemática de los indígenas emberá katío del Alto Sinú frente a la Represa Hidroeléctrica de Urrá, y a los indígenas U’wa frente a la empresa petrolera Oxidental de Colombia en su territorio. Se ha hecho creer que el problema ya ha sido solucionado, que ya se ha surtido la consulta y concertación con los indígenas y que las justas reclamaciones de los pueblos indígenas son expresiones de minorías o fracciones que se oponen al desarrollo del país.”

En el caso del conflicto de Los Haitises, el Gobierno dominicano acudió a una supuesta fuente externa, ajena y neutra al conflicto.
Crédulos, bienintencionados e ingenuos, muchos sectores saludaron la “sabia propuesta de las autoridades”. Entendían que evidenciaba una forma digna de salir del embrollo de una concesión impertinente e ilegal.
Invito a leer lo que escribieron representantes de grupos ambientalistas y líderes originarios colombianos que ilustra quien es, como actúa y cómo piensa este “especialista de altísimo nivel al servicio del Sistema de las Naciones Unidas”:

Caso de los indígenas emberá katío del Alto Sinú frente a la represa Hidroeléctrica de Urrá.

Después que la Corte Constitucional ordenó la realización de la consulta bajo unos parámetros bien definidos y el cumplimiento, por parte del Estado, de una serie de obligaciones previas al llenado del embalse, el Ministro Juan Mayr dio la licencia que autoriza el llenado sin que se hubiera realizado la consulta en debida forma y sin que se haya dado cumplimiento a las obligaciones previas. De tal forma que el embalse se continúa llenando, a pesar de que no se ha realizado la consulta con los indígenas brindando las garantías necesarias para que sea un proceso transparente, pues el intento que se hizo estuvo rodeado por el temor de los indígenas, motivado en que importantes líderes han sido asesinados, otros amenazados, lo mismo que sus asesores; a esto se suma el papel tan pasivo del Estado pues además de no seguir el proceso con funcionarios del nivel decisorio, manifestó que su papel era de "observador", desconociendo su obligación de ser garante de los derechos fundamentales consagrados en la Constitución Política de Colombia. Así mismo, tampoco se ha concertado la reubicación de los indígenas que habitan en una zona que está muy próxima a ser inundada.”

Caso de los indígenas U’wa frente a las actividades de la empresa petrolera Oxidental de Colombia.

“El Ministro Juan Mayr, expide la licencia que autoriza la prospección exploratoria a la Oxy, sin que se haya realizado la consulta con el pueblo indígena U’wa. A pesar de tener en sus manos pruebas contundentes de la afectación del proyecto al territorio tradicional U’wa y a la parte del mismo constituido como Resguardo, no realizó la consulta previa, desconociendo abiertamente la normatividad Constitucional y Legal vigente en nuestro país así como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. En vista de que los indígenas han seguido ocupando su territorio tradicional, el Resguardo constituido y sus fincas de propiedad privada colectiva, las fuerzas militares de Colombia los han desalojado violentamente para darle paso al gran capital por encima de los derechos humanos de los pueblos indígenas, con una actitud genocida contra este y en general contra todos los pueblos indígenas de Colombia.”

Estos casos son solo una muestra pequeña del currículo de la persona asignada por el PNUD, seleccionada no sabemos por quién ni bajo cuáles criterios.

Está claro que en lucha por Los Haitises, por Bahía Luperón, por Bahía de las Águilas, por Lagunas Redonda y Limón; por todas las áreas y recursos naturales del país; por el derecho de las comunidades y del pueblo dominicano a sus aguas, sus suelos, su aire, su historia, su presente y, sobre todo su futuro no se detendrá por ninguna razón.
Para que siempre haya patria.

lunes, 13 de julio de 2009

No olvidemos la cementera



Medio Ambiente ha iniciado algunas acciones importantes y es preciso divulgarlas. Pero, recordemos que quienes deben preservar nuestra tierra, apoyan la construcción de una cementera que afectaría a un área protegida. La obra está detenida, al menos temporalmente, por la Justicia. No lo olvidemos: posiblemente dentro de pocos días tendremos que volver a gritar que “no queremos cementera”, que queremos el agua de nuestros Haitises.



Las autoridades ambientales hacen una labor positiva, aunque mínima, en Las Dunas de Baní: desalojaron dos casetas ilegales y se ha acercado a las comunidades vecinas al menos a tratar de imponer un mínimo de orden. Esto lo destaco en un reportaje que escribí para el semanario CLAVE.

Destaco también la labor del Ministerio Público para aclarar la situación legal de construcciones hechas entre el mar y las dunas de arena. Construcciones que dañan el ambiente. La Fiscalía debe establecer si se hicieron antes o después de que la zona fuese legalmente un área protegida.
Las autoridades de Medio Ambiente deben, ya que en teoría están tan interesadas, ponerse las pilas y buscar la manera de recuperar la zona. Para eso son funcionarios.

No propondría hacerles un monumento por realizar su trabajo. A mí no me hacen un monumento por escribir noticias y reportajes, ni a las maestras por enseñar, ni a las médicas por curar.

En cambio, si miento deliberadamente al escribir, si la profesora deja de enseñar y si la médica no atiende a los pacientes por dejadez, podemos ser sancionadas por nuestros superiores y eventualmente por la Justicia. Nuestra reputación también quedaría acribillada.

Bien, si el secretario Jaime David Fernández Mirabal y los demás funcionarios de Medio Ambiente logran recuperar Las Dunas o someten a la justicia a un asesino de framboyanes o eliminan las granceras que dañan los ríos, tendrán su espacio en los periódicos.

Si por su culpa se construye la cementera, entonces, sin lugar a dudas, merecerán las portadas de los diarios, los editoriales de todos los medios, las caricaturas burlonas de todas las secciones de humor, las lenguas viperinas de las esquinas y todos, todos los desaires.

Por supuesto, si la Justicia así lo determina, no les vendría nada mal ir a parar a la cárcel por daño con premeditación y alevosía contra nueve millones de habitantes y a sus descendientes. Si, con todo respeto, le hicieran compañía los promotores del proyecto, tendríamos un cuadro digno de recordar, aunque nada de que alegrarnos.

Imagen: fusilada del blog Eco Lucha RD

domingo, 12 de julio de 2009

El hombre que le quitó la alegría a la ciudad





Para el administrador de Galerías Comerciales Naco, Genaro González García, sometido a la Justicia por Medio Ambiente por envenenar cuatro árboles de framboyán.

Era un hombre tan triste que había olvidado como llorar. Se enojaba con la belleza de las flores y asesinaba, en secreto, a los árboles que cada año llenaban de un rojo cálido el aire de la ciudad.

Los árboles de la felicidad lo conocían y temblaban ante su presencia. Nadie los cuidaba de la mano que, aprovechando la falta de iluminación de las calles de Santo Domingo, les quitaba la vida o los dejaba tan heridos que nunca más volvían a ser los mismos.

Por temor al asesino de árboles de la felicidad, las pobres plantas decidieron un día dejar de florecer en Santo Domingo. Las mayores transmitieron a las pequeñas la decisión que había tomado el gran consejo: ninguna florecería en la Capital.

Cuando llegó la estación de las flores, los árboles estaban secos y marchitos. Pero si las personas hubiesen podido mirar por debajo de las raíces, se habrían enterado de que las plantas regalaban sus flores a los insectos terrestres que agradecidos les hacían una fiesta a las flores.

El asesino de los árboles de la felicidad lloraba a cántaros. No sólo porque no tenía árboles a quienes matar, oficio con el que le había dado sentido a su vida, sino también porque descubrió de pronto, que las flores a las que odiaba, eran la única alegría que le quedaba en la vida.

Y lloró. Pero los árboles que sólo oyen a las personas a través de las flores no lo escucharon y nunca más volvieron a llenar el aire con su cálido color que dejaba destellos de alegría que duraban todo el año. Desde entonces, Santo Domingo es la capital más gris de América.

Foto: Árbol envenenado por el comerciante en la avenida Tiradentes, enviada por Medio Ambiente.

viernes, 3 de julio de 2009

Buenas Nuevas


Mientras descansas este fin de semana, un grupo de personas se dirige a la frontera a compartir comida y cariño con niños pobres de la carretera internacional, un ecologista destina parte de su día de descanso a explicar a una reportera las razones por las cuales hay que rescatar un ecosistema vulnerable y algunas familias amigas tratan de entenderse, de recuperar el cariño perdido. Un hombre ama a una mujer y la acompaña en su libertad.

Esas son las buenas noticias que puedo darles desde mi pequeño entorno. Claro, podría informarles de muchas malas nuevas y viejas, tantas que llenarían todo el internet. Pero, quise variar para no morir de desesperanza, y de oscuridad (creo que ya no voy a poder pagar la factura de la luz).