sábado, 23 de enero de 2010

El secreto de las hadas




La tía quería divertir al niño, sacarle sonrisas a una cara que ese día estaba demasiado seria. (A veces parece que ese niño se anticipa al futuro, la tía le hace cosquillas, le devuelve al presente) Ella empezó a contarle cuentos y a crear con su voz los seres mágicos que se escondían entre las ramas del framboyán que toca el balcón de su apartamento.

El niño no veía a las hadas. Le explicaba a la tía, que entre las ramas había pequeñas aves, no mujeres diminutas. La tía vio al pequeño tan serio que volvió a insistir, mientras creaba un cuento que no debe ser contado a nadie más, porque es propiedad de ese sobrino de cuatro años. Es sólo para él, para sus recuerdos, para el futuro, por si alguna vez la vida le abruma y busca en sueños a las hadas que ahora no quiere mirar.

Al cabo de un tiempo, el pequeño empezó a ver a las hadas, a señalar las mujeres azules, verdes, violeta, que se movían entre las ramas. Ambos fueron felices, él le regaló unos minutos de fantasía, creyó para ella.
La tía le regaló polvo de hadas para protegerlo de la tristeza, para que cuando sea mayor no tenga que conjurar los pesares buscando mujeres diminutas entre las ramas de los árboles.

En el vestido de un hada, la tía vio algo del futuro o tal vez muchos futuros posibles. Sólo cuenta que había una anciana sola y triste a la que un joven visitaba con flores de un framboyán, las flores eran de un naranja intenso y el muchacho, alegre, las depositaba en un jarrón de mariposas.

Luego, al pie del framboyán, ella charló durante horas con esas mujeres. Sólo sé que les pidió que nunca, nunca dejaran solo al pequeño. Les prometió que cuidaría del árbol y les dijo que si hacía mucho frío, durante las noches, las hadas bebes podían alojarse en su cabellera.

jueves, 14 de enero de 2010

Ayuda para Haití




Amigas y amigos, nuestros hermanos de Haití nos necesitan. Aquí están las formas de cooperar con las víctimas del terremoto tanto desde territorio dominicano como desde el extranjero. También las embajadas haitianas en el extranjero pueden servir de enlace. Esperamos por su ayuda. Desde República Dominicana se ha enviado mucha cooperación. El Gobierno, las empresas, las asociaciones civiles y la gente común se ha unido a esta campaña, pero no es suficiente. La tragedia es demasiado grande.


Ayuda a Haití

Los Centros de la Compañía de Jesús en Rep. Dominicana (Santo Domingo: Bonó y Centro Alberto Hurtado; Santiago: Centro Bellarmino y CEFASA; Dajabón: Solidaridad Fronteriza) han establecido una red de ayuda para socorrer a los damnificados del terremoto en Haití.

SE RUEGA NO TRAER ROPA

Estamos recibiendo los siguientes donativos:

ALIMENTOS


- Habichuelas en lata
- Salchicas en lata
- Sardinas en lata
- Atún en lata
- Galletas de soda
- Leche tetrapack
- Jugos de fruta tetrapack
- Comida no perecible en general

MEDICAMENTOS


- Sueros de rehidratación oral
- Gasas
- Algodón
- Analgésicos (acetaminofén, ibuprofen)
- Cabestrillos
- Vendaje elástico
- Toxoide antitetánico
- Ganmaglobulina antitetánica humana
- Antibióticos (amoxicifilina, en suspensión y/o comprimidos)
- Antisépticos (tipo yodopovidona, o tipo jabón de clorhexidina)
- Toallas sanitarias

Pueden dejar sus contribuciones en dichos centros:

- Bonó, C/ Josefa Brea N. 65, Mejoramiento Social, Santo Domingo, Tels. (809) 682-4448; (809) 688-1646 Correos: direccion@bono.org.do, p.mella@bono.org.do, medios@bono.org.do

- Centro Alberto Hurtado, Av. Jiménez Moya N. 37, (al lado de Inazúcar), Santo Domingo, Tel. (809) 535-2977

- Centro Bellarmino, Km 1 .5, Aut. Duarte, Santiago, Tel. (809) 582-6998

- CEFASA, Km. 5, Autopista Luperón, Santiago, (809) 736-8272

- Solidaridad Fronteriza, C/ Manuel Roca 13, Dajabón, (809) 579-8993

- Sur Futuro, Unicentro Plaza, Ave. 27 de Febrero, Esq. Abraham Lincoln, Santo Domingo. Tel. (809) 472-0611

- Cosa Lup, Calle Primera N 76 libertador de Herrera, Santo Domingo Oeste, Tel. 809 531-2631 Santa María N 12 Catanga Los Minas, Santo Domingo Este, Tel. (829) 761-7555
- MUDHA, C/ Dr. Delgado N 20 Gazcue, Tel.: (809) 688-7430

- ACOPRO, C/ Respaldo 13 N 13 Barrio Restauración Sabana Perdida, (809) 590-8570

- Baskin Robbins, Santo Domingo, Santiago, Punta Cana

- PNUD, Jimaní, Tel.: (809) 880-8351

- Plan Internacional, Pedernales

- Confederación Nacional de Unidad Sindical, Juan Erazo 14, Villa Juana, Santo Domingo. Tels.: (809) 221-2158; (809) 689-2267

Para donativos en efectivo, hacer giro a la siguiente cuenta del Banco Popular:

Centro Bonó, 734510795 (Dólares, Cuenta Ahorro)

Centro Bonó, 709293286 (Pesos, Cuenta Corriente)

Si el pago se realiza en cheque, favor hacerlo a nombre de “Centro Bonó”. Puede depositarse en esa cuenta o entregarse en algunos de los centros.
Para donativos en efectivo desde el extranjero:

OPCIÓN 1
BANCO INTERMEDIARIO: WACHOVIA BANK, N. A. NEW YORK
INTERNATION BRANCH. 11 PENN PLAZA – 4TH FLOOR, NEW YORK, N. Y.
54A: SWIFT PNBPUS3NNYC
54D: FED ABA 026 005 092
BANCO BENEFICIARIO: BANCO POPULAR DOMINICANO, C. POR A.
57A: SWIFT BPDODOSXXX
CUENTA 2000 19200 3285
59: BENEFICIARIO CENTRO PEDRO FRANCISCO BONO
59: CUENTA 734-51079-5

OPCIÓN II
Torre del Banco Popular Dominicano (Principal)
Dirección: Avenida J. F. Kennedy # 20. Esq. Máximo Gómez.
Santo Domingo. Rep. Dom. Apartado Postal 1441 Zona Postal # 1. Banco
Internacional: Tel.: 809 544-5000 y Fax: 809 544-5899. Torre del Banco Popular.
American Express Bank
Swift Code AEIBUS33
ABA 026002561
BANCO BENEFICIARIO: Banco Popular Dominicano
BENEFICIARIO FINAL: Centro Pedro Francisco Bono Inc.
Cuenta de Beneficiario 734-51079-5

martes, 12 de enero de 2010

“Tu hermano es tu vecino más cercano"

En mayo de 2004 el río Blanco retomó el viejo cauce, que había abandonado hacía un siglo, según los expertos. Parte de Jimaní quedó bajo el agua y más de 300 personas murieron. Todos estábamos desconcertados: los periodistas, los miembros de la Defensa Civil que nunca habían visto una tragedia de esa magnitud y la gente que escapó de la muerte y se sentía culpable por no haber podido salvar a su familia.

Los sobrevivientes querían explicarte que lo intentaron todo, miraban el lodazal por donde había pasado el río con su golpe de agua sin sentido. Un niño dijo que quería romperle la boca al río, porque se había portado mal. Era una locura. Recién llegados, intentando buscarle lógica a tanta desolación, los periodistas preguntamos a los de rescate la cantidad de personas fallecidas, de acuerdo a sus estimados. No había estimados, por supuesto.

Entramos a una improvisada morgue y empezamos a contar cadáveres hinchados por el agua. Me centré en contar los muertos, sin pensar en la muerte, para enviar un primer reporte a Diario Libre, donde trabajaba en ese entonces.

Mientras nosotros contábamos cadáveres, un grupo de comerciantes haitianas que se dirigía al mercado de Jimaní, cocinaba al aire libre para algunos sobrevivientes. No les importó si eran dominicanos o haitianos. Repartían lo poco que tenían, la ganancia de la semana para ayudar a los hambrientos.

Maternales, otras cuidaban a los niños, impartían órdenes y ponían cordura en un espacio donde todos estábamos despistados. La ayuda oficial no había llegado y en los periódicos, nuestros jefes, recibían con asombro nuestras primeras llamadas.

Me pregunto si alguna de esas mujeres necesitará ahora nuestra ayuda. Si está atrapada entre los escombros y espera que alguien la socorra, si sus hijos necesitan de una persona que imparta órdenes e improvise un caldero, de alguien que como ella haga el dolor un poco más tolerable.

Haití está destrozado por este temblor de tierra. Es el momento de demostrar que somos sus hermanos, como le corresponde a los vecinos más cercanos.

domingo, 10 de enero de 2010

El hada del Brasil




Hace varios meses encontré un hada que vive en Brasil desde los tiempos de la Colonia. Se trata de una moura gallega, que según el libro Leyenda de Hadas de Alejandra Ramírez Zarzuela, emigró a América porque el diablo quería atraparla para robarle sus secretos.

El hada era muy sabia y se transformaba en serpiente. Con esa forma, llegó al Brasil en un barco, cuenta la leyenda.

Para evadir al demonio, decidió alojarse en una iglesia hasta que el enemigo la olvidara. Pero, el hada se enamoró del cura del templo y de ahí nació una historia de amor que hizo a la dama desistir de su empeño de volver a Europa.




Siempre he sentido deseos de ser invitada a una fiesta de hadas, aunque temía que-como las hadas son europeas- las diferencias culturales, incluido el idioma en algunos casos, me dificultaran el pleno entendimiento con estas mujeres que hacen florecer jardines, crean felicidad o se ven envueltas en raras y apasionantes historias de amor con hombres de nuestra especie.

Ahora sé que en Brasil y gracias a la vocación de migrantes de los latinoamericanos, regados por América y el mundo, hay hadas y descendientes de hadas mezclados con ciguapas, brujas, duendes, humanos soñadores y seres mágicos de todas partes del universo.

Me he enterado de que todos ellos se reúnen en el centro de la tierra cada año y comparten sus experiencias, los nuevos trucos de magia y bendicen a las criaturas nacidas de toda clase de mestizajes. Es la fiesta más alegre de todas cuantas se hacen en el universo y en ella es invitada de honor la moura gallega que inició la historia.

Dicen que no dicen el secreto a todos los humanos porque temen que las personas arruinen su felicidad con clasificaciones, estructuras y jerarquías que destruyan su mundo lúdico.

Yo estoy esperando mi invitación, como puedo convertir el aire en recuerdos de lo que nunca ha ocurrido, creo que tal vez soy una descendiente lejana de esos mestizajes.

Nota: En la leyenda original que recoge Alexandra Ramírez Zarzuela (Editorial Libsa, 2008), el cura es seducido-luego de tratar por todos los medios de vencer la tentación- por la moura. Cuando ellos despertaron de una siesta, tras hacer el amor, un gran terremoto había azotado el país.

Imagen: Baile de las hadas, por Nils Blommér