domingo, 23 de noviembre de 2008
Silencio ciudad, silencio
Cuando la tarde vino a ella cargada de muerte, la vida decidió meterse, con dolor, a empujones, en la brisa y se abrió paso; constante, terca... De repente, entre las lágrimas hubo carcajadas...abrazos de un amor que continúa, sonrisas de un niño que no conoce de tristezas. Y ella salió a pasear con una mitad del corazón deseosa de desaparecer y la otra ilusionada con las sonrisas y los abrazos.
Un mar inmenso, azul y vivo, colocado entre la naturaleza verde y el misterioso vacío dio la bienvenida a una esperanza débil, tierna, frágil, casi sin ganas de avanzar, pero presente.
Ahora ella y la vida han regresado. Les dan la bienvenida los bocinazos de la ciudad, el apagón que en Santo Domingo nos lleva a las cavernas, las multitudes que dejan soledades. La vida sonríe, resignada. Aún no está de ánimos para enojarse. Necesita una tregua.
Silencio ciudad, silencio. La vida debe descansar antes de que llegue la muerte en busca de pleitos. Silencio ciudad, silencio.
Fotografía de Karina Diarte publicada en Flickr (modalidad de acceso a "todos").
Tal y como establecen las normas de uso de la comunidad, la fotografía tiene un enlace a la Web de Flickr.
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