Hace unos años, de vista en Haití, observé el cuadro de una mulata de piel blanca que miraba un espejo y veía su imagen negra.
Los dominicanos representaríamos la escena contraria. Somos el pueblo mulato (abundan las pieles negras) que cuando se mira al espejo se siente blanco. Negros y mulatos aterrados con su propia imagen, engañados con la idea de que a fin de cuentas somos casi blancos, “indiecitos”, “lavaditos”, en fin… de ahí viene uno de los más terribles complejos nacionales, el de inferioridad.
Tal vez por eso los “más claritos” todavía van a Montecristo, una discoteca que ha sido denunciada por tener dueños estúpidos, porque a fin de cuentas ¿cómo se le puede llamar a una persona que juzga a otra por el color de su piel y no por sus actos?
Un video del Informe con Alicia Ortega, reproducido por Clave Digital, muestra como en el centro de diversión, el color cuenta. Y digo yo, ¿no sienten vergüenza los “claritos” que pueden entrar? ¿No sienten vergüenza de estar en un lugar donde, posiblemente, le negarían la entrada a un amigo, a un vecino, a un hermano?
¿O es que, para colmo, estamos orgullosos de esa estupidez?
1 comentario:
Una verdadera aberración social. Mas racismo, xenofobia y estupidez que en la misma Europa y Estados Unidos.
En días pasados, tuve un altercado en el colmado frente a mi casa por la manera como el colmadero trataba un haitiano. Tuve que defenderlo y el banilejo por poco saca un cuchillo para mí.
Así andamos en esta selvita con internet
Publicar un comentario