domingo, 12 de julio de 2009

El hombre que le quitó la alegría a la ciudad





Para el administrador de Galerías Comerciales Naco, Genaro González García, sometido a la Justicia por Medio Ambiente por envenenar cuatro árboles de framboyán.

Era un hombre tan triste que había olvidado como llorar. Se enojaba con la belleza de las flores y asesinaba, en secreto, a los árboles que cada año llenaban de un rojo cálido el aire de la ciudad.

Los árboles de la felicidad lo conocían y temblaban ante su presencia. Nadie los cuidaba de la mano que, aprovechando la falta de iluminación de las calles de Santo Domingo, les quitaba la vida o los dejaba tan heridos que nunca más volvían a ser los mismos.

Por temor al asesino de árboles de la felicidad, las pobres plantas decidieron un día dejar de florecer en Santo Domingo. Las mayores transmitieron a las pequeñas la decisión que había tomado el gran consejo: ninguna florecería en la Capital.

Cuando llegó la estación de las flores, los árboles estaban secos y marchitos. Pero si las personas hubiesen podido mirar por debajo de las raíces, se habrían enterado de que las plantas regalaban sus flores a los insectos terrestres que agradecidos les hacían una fiesta a las flores.

El asesino de los árboles de la felicidad lloraba a cántaros. No sólo porque no tenía árboles a quienes matar, oficio con el que le había dado sentido a su vida, sino también porque descubrió de pronto, que las flores a las que odiaba, eran la única alegría que le quedaba en la vida.

Y lloró. Pero los árboles que sólo oyen a las personas a través de las flores no lo escucharon y nunca más volvieron a llenar el aire con su cálido color que dejaba destellos de alegría que duraban todo el año. Desde entonces, Santo Domingo es la capital más gris de América.

Foto: Árbol envenenado por el comerciante en la avenida Tiradentes, enviada por Medio Ambiente.

2 comentarios:

Desahogo dijo...

Bestial lo que ese hombre le hizo a los árboles. Si fuera yo tuviera verguenza de salir a la calle.

Unknown dijo...

Gracias a Dios que la Secretaría de Medio Ambiente tomó medidas. Y que se dieron cuenta de esa violación ambiental (por cierto la violación ambiental se produjo frente a frente a la sede de Medio Ambiente).

Panky Corcino