lunes, 13 de julio de 2009

No olvidemos la cementera



Medio Ambiente ha iniciado algunas acciones importantes y es preciso divulgarlas. Pero, recordemos que quienes deben preservar nuestra tierra, apoyan la construcción de una cementera que afectaría a un área protegida. La obra está detenida, al menos temporalmente, por la Justicia. No lo olvidemos: posiblemente dentro de pocos días tendremos que volver a gritar que “no queremos cementera”, que queremos el agua de nuestros Haitises.



Las autoridades ambientales hacen una labor positiva, aunque mínima, en Las Dunas de Baní: desalojaron dos casetas ilegales y se ha acercado a las comunidades vecinas al menos a tratar de imponer un mínimo de orden. Esto lo destaco en un reportaje que escribí para el semanario CLAVE.

Destaco también la labor del Ministerio Público para aclarar la situación legal de construcciones hechas entre el mar y las dunas de arena. Construcciones que dañan el ambiente. La Fiscalía debe establecer si se hicieron antes o después de que la zona fuese legalmente un área protegida.
Las autoridades de Medio Ambiente deben, ya que en teoría están tan interesadas, ponerse las pilas y buscar la manera de recuperar la zona. Para eso son funcionarios.

No propondría hacerles un monumento por realizar su trabajo. A mí no me hacen un monumento por escribir noticias y reportajes, ni a las maestras por enseñar, ni a las médicas por curar.

En cambio, si miento deliberadamente al escribir, si la profesora deja de enseñar y si la médica no atiende a los pacientes por dejadez, podemos ser sancionadas por nuestros superiores y eventualmente por la Justicia. Nuestra reputación también quedaría acribillada.

Bien, si el secretario Jaime David Fernández Mirabal y los demás funcionarios de Medio Ambiente logran recuperar Las Dunas o someten a la justicia a un asesino de framboyanes o eliminan las granceras que dañan los ríos, tendrán su espacio en los periódicos.

Si por su culpa se construye la cementera, entonces, sin lugar a dudas, merecerán las portadas de los diarios, los editoriales de todos los medios, las caricaturas burlonas de todas las secciones de humor, las lenguas viperinas de las esquinas y todos, todos los desaires.

Por supuesto, si la Justicia así lo determina, no les vendría nada mal ir a parar a la cárcel por daño con premeditación y alevosía contra nueve millones de habitantes y a sus descendientes. Si, con todo respeto, le hicieran compañía los promotores del proyecto, tendríamos un cuadro digno de recordar, aunque nada de que alegrarnos.

Imagen: fusilada del blog Eco Lucha RD

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