jueves, 26 de febrero de 2009

Un pájaro carpintero anda perdido por la ciudad

Un día terrible: enferma, sin leer ni trabajar. Toda la tarde en la cama. Enojada. No puedo revisar mi reportaje. Pienso que tal vez no quedó completo, ni bien escrito. Me volvió a dar la enfermedad de la angustia del día de cierre. ¡Qué mal! Ya no hay nada que hacer. El periódico a tiro de hit y apenas me puedo levantar.

En la noche, con menos fiebre, anestesiada por las pastillas, me decido a salir de la habitación y paseo mi mal humor por los muebles de la casa, frente a la televisión. Mi hermano habla por teléfono, mi tía me acompaña a mirar la gran bicha y mis sobrinos lucen tranquilos, algo extraño. ¡Qué aburrimiento!

Y de repente vuela en la sala un pájaro negro. ¡Ahhh! gritamos a coro. Yo grité con histeria porque pensé que era un murciélago, pero se trataba de un carpintero. Aclarada la identidad del visitante, nos calmamos, sólo un poco.

La avecilla despistada volaba de forma errática por toda la casa, sin que nadie se atreviera a tocarla. Se chocaba con las paredes, se estrellaba contra las persianas y se quedaba tranquila por segundos hasta que volvía a volar y nosotros a cambiar de lugar... a dejarle la sala, a refugiarnos en el balcón.

Pasaron unos minutos antes de que reparara en lo cómico de la situación, acusara a mi hermano de ser un cobarde que no podía ni agarrar a un carpintero y estallara en carcajadas.

Cansado de tanto alboroto, nuestro visitante se refugió en la habitación de mi hermano y de ahí, voló hacia la calle. Ahora, estoy preocupada. Luego de su partida empezó a llover a cántaros. Me pregunto si el carpintero ha llegado a su hogar. Quiero que vuelva, que se quede en cualquier rincón de esta casa. Pero es tarde, no fuimos buenos anfitriones.

Si un carpintero atolondrado visita su casa le pido que no lo eche, ni se asuste. A lo mejor necesita un refugio, mientras encuentra su hogar. Acójalo, es un favor que le pido, porque ayer este carpintero me salvó el día. Hoy, de vuelta a la vida, le mando un saludo de sol.

P.D. Nunca tengo a mano una cámara cuando se necesita.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una cámara hubiese sido un éxito. Pequeñas cosas que salvan el día.

Felivia dijo...

Qué sorpresa tan agradable ha sido descubrir tu blog. Lo encontré por casualidad, navegando sin rumbo por este mar de informaciones. Me encanta tu página. Te dejo un abrazo cariñoso!

alinitaxula dijo...

Riamny me imagino la escena todos contra el parajarraco y éste chocando con todo jeejej
seguro que todo fue bien en el cierre¡¡¡¡¡¡¡¡¡
feliz 8 de marzo
alinitaaaaaaaaaaaaa