domingo, 31 de mayo de 2009

Inmigrante en potencia




Lo pienso, lo pienso. No le veo salida. Más temprano que tarde seré una inmigrante. Tal vez la excusa sea una beca de estudio en el exterior o un empleo que me abra las puertas para salir de la isla. Quizás la crisis me empuje, como a muchos, a dar el salto a cualquier lugar, de cualquier manera.

A lo mejor me mueva la certeza de que sería una irresponsabilidad tener hijos en este país, si es que me pica en algún momento el bichito de la maternidad. Hace algún tiempo la inmigración era para mí un sueño de disfrute y libertad: Viajar por algún tiempo, conocer el mundo, disfrutar otros paisajes y volver a mi islita.

Hoy tengo 29 años y un mal día. Estoy pesimista. En mi casa no hay agua, escribo en la computadora con miedo a que se vaya la luz. Pienso que debo salir de casa mañana antes de las 7:00 y temo que me asalten. Entre los muchos oficios de la Policía Nacional no está el de cuidar a las personas, mientras la pobreza más la impunidad crean rateros y otros delincuentes, como hoyos hay en las aceras por donde camino. Y no vivo en el más pobre de los barrios de Santo Domingo. Sobrevivo. Pero, me pregunto cómo sobrevivirán mis hijos, si los tengo en este país.

Por las noticias me informo de que el secretario de Medio Ambiente no sólo permitirá sino que promueve que se construya una cementera en la entrada del Parque Nacional Los Haitises, donde se encuentra una de nuestras grandes reservas de agua. Y resulta que ese funcionario es Jaime David Fernández Mirabal, por quien, confieso, tenía cierta admiración.

Luego, ya saben, me agobia la corrupción de siempre, el antihatianismo de esta sociedad, el prejuicio racial, el desorden en las instituciones, los intercambios de disparos, el tránsito, nuestra eterna apatía.... Mil y un detalles, muchos de los cuales no me afectan ahora, pero pienso que pueden tocar a mis futuros hijos o a mis sobrinos. Sólo quiero evitarles el infierno. Aunque primero yo tenga que dejar media vida en un país extraño.

Foto: Teatro Guloya

4 comentarios:

María Isabel Soldevila dijo...

No, no, no. Emigrar es una opción, un derecho, pero no comparto la apatía. Estamos, poco a poco, reaccionando. Tengo fe en que las cosas tendrán que cambiar, en la medida en que despertemos y hagamos más para defendernos. No te rindas, no te vayas.

Judith Leclerc dijo...

No manita linda. Ni sueñes con dejarnos. Sabes qué? si tienes hijos aquí en RD, ellos serán diferentes a los demás porque tendrán una madre maravillosa como tú! Un árbol bueno da frutos buenos, así que el país necesita de tus bellos hijos y de ti. Tú no puedes permitir que te arrope la desilución, sé que no es fácil amiga querida, pero tarde o temprano los buenos vamos a ganar la batalla, !ya veras! Ni sueñes con marcharte Riamny querida o es que no sabes lo mucho que te queremos???? Te admiramos, te adoramos porque vales la pena hermanita linda.

Desahogo dijo...

Cien por ciento de acuerdo Riamny. Quedarse solo es alternativa para los que se llaman Ernesto.

Yulendys dijo...

Los cambios llegarán, pero cuando lo veamos -si es que se adelanta la cosa- las arrugas habrán transformado nuestros rostros...

El ser humano es libre... Irte no te hace menos patriota...

Sé feliz. Tienes todo el derecho.