martes, 1 de julio de 2008

¡Geografía urgente por favor!




He tenido un momento de luz y lo he comprendido: a nosotros, ciudadanos de República Dominicana, nos hace falta una clase colectiva de geografía práctica, con un paseo por nuestros mundos azules y verdes.
Tanta apatía, tanto tirar basura en la calle, tiene una razón de ser. La mayoría, por la pobreza o por la ignorancia no conoce la belleza que le rodea en este país tan pequeñito.
Así que como no saben lo hermosa que es su casa grande, no la cuidan, ni les importa que unas tortugas se acaben, que un río de Jarabacoa se agote o que alguna playa se convierta, por obra y gracia del dinero de alguien, en un espacio privado, reservado a ciertos dioses sin contacto con vendedores ambulantes que le acerquen a la realidad.
Entonces, he llegado a la conclusión de que en realidad necesitamos clases colectivas de geografía más que de ciudadanía y de moral y cívica. ¿Se imaginan la cara que pondrían los muchachos de una banda de cualquier barrio caliente, criados entre las cañadas de su sector y la avenida Duarte con París, al conocer ¡la isla Saona!? He hablado con muchos “tígueres” y muchachos buenos de Capotillo que no han salido nunca de la Capital y algunos han dado el salto de su barrio a un gheto de Nueva York, la provincia 33.
Por su país también hay que pasear a los jevitos de clase media que se miran el ombligo y piensan que aquí todo termina entre la avenida Abraham Lincoln del exclusivo Polígono Central y el “Resort”. Y, por supuesto, hay que incluir a los viejos gordos de clase media que tiran basura desde la “yipeta” por la que se han alquilado la vida. Tal vez han ido a Europa pero no saben, como yo, que hay en Montecristi un árbol llamado “lipia” por los campesinos que huele, como describirlo, huele como sabe un dulce de leche banilejo a las tres de la tarde, después de comerse un moro con coco.
Foto cortesía del maravilloso Orlando Ramos

2 comentarios:

Jaime dijo...

Sabías que eres una mujer encantadora? Bueno, si no lo sabías ya lo sabes, porque yo te cuento que al leerte y mirar donde pones tú los ojos decubre uno que ese entusiasmo es algo que debería contagiarse por doquier...

!Felicidades!

J.

Jaime dijo...

Has descuidado tu blog, niña bella