lunes, 13 de agosto de 2012

Que sí, que yo hablo español, castellano, español...


 -Hola
-Hi, do you speak Spanish too?
-Sí, claro, soy dominicana, hablo español, es mi lengua
-Ahh, de Dominica…
-No, que ese es otro país. Dominica es otro país y allá hablan inglés. Yo soy dominicana, dominicana, del país que está al lado de Haití, cerca de Cuba y de Puerto Rico y hablo español
-No…
-Qué sí, que yo hablo español, castellano, español, como usted, y quiero resolver este tema en español y en inglés no le hablo. Ya se lo dije, no voy a resolver este problema en inglés.
-Yes, but
-Pero, por qué es tan difícil, por qué tengo que explicar tanto que hablo español, que yo hablo español, que también soy latina, latinoamericana como usted. ¿Por qué usted no puede hablar español conmigo?
-¡Pos será porque usted no se calla, señorita!

domingo, 5 de agosto de 2012

Comunicarse en otra lengua…o destruir la Torre de Babel


Por primera vez  vivo en otra lengua, en otro idioma. Resido en Estados Unidos desde hace dos meses: estudio, compro, pido favores y converso sobre temas irrelevantes o sobre sentimientos, en inglés,  en un entorno que no conozco.   
De  cuando en cuando me asaltan las dudas: ¿Logro comunicarme? ¿Comprendo lo que ocurre a mi alrededor? El problema empieza cuando terminan las clases y comienza la vida común; cuando la preocupación no es el uso de un verbo o la comprensión de un texto sobre el sistema de salud pública, sino el complejo mundo de las relaciones humanas.
Con frecuencia me pregunto qué tan efectivas son mis conversaciones con los demás, sobre todo cuando hay ciertos matices, bromas o sentimientos en ellas.  Y esto ocurre tanto si el inglés es la lengua materna de mi interlocutor, como si lo aprendió, al igual que yo, como segundo idioma.
Hace unos días intentaba explicar a una persona muy especial cuán agradecida estoy por su ayuda, sin la cual no habría logrado sobrevivir estos dos meses como estudiante extranjera.  Durante la conversación, de repente pensé: ¿Transmito los sentimientos que quiero expresar? ¿Y si hablo hasta volverme empalagosa? ¿Y si hablo tan poco y de un modo tan formal que parezco fría y distante ante alguien tan generoso y noble? ¿Cuáles son las palabras apropiadas para esta ocasión?
¿Y qué pasa con las bromas? Si los límites entre lo gracioso y el mal gusto son borrosos en tu propia lengua, cuánto más en otro código de palabras, referencias, tradiciones y  contextos interpretado a su vez por gente de culturas distintas.
Recuerdo que un hombre trataba de hacer cierta broma que me pareció impropia, pero  no estaba segura del significado de una palabra, y la situación no se prestaba para  pedir aclaraciones.  Entonces mi mente empezó a especular: ¿Se trata de un chiste? ¿Dice algo ofensivo o  no capto los distintos matices de la frase?   En  vez de responder directamente, enojarme y crear, quizás, una Torre de Babel hecha de malentendidos, cambié el curso del diálogo de una forma elegante (creo).
Pero en otra ocasión alguien bromeó sobre un tema tan importante para mí, que no pude tolerarlo. Enfrenté a la persona, que también usa el inglés como segunda lengua. El resultado fue un malentendido tras otro. A su juicio le insulté de una forma inaceptable para su cultura e interpretó que le atribuí una cualidad que con toda seguridad  no posee. Pienso que no lo hice, pero el silencio de los demás sugería que había pasado cierto límite (o eso interpreto  ¿o mal interpreto?).  Creo que en general ellos tienen la percepción, quizás equivocada, de que soy tierna y muy correcta, supongo que en parte por el hecho de que mis habilidades para expresar enojo y para el sarcasmo, la ironía y el doble sentido son limitadas en inglés, y en parte porque no soy tan mala gente y tengo buen carácter (JEJEJE). 
Sea cual sea la situación, hoy solo me resta tomar la vida con un poco de humor y aclararle a mi nuevo amigo que no quise insultarlo, y que a lo mejor  el inglés nos jugó a ambos una mala pasada.  ¿Podré hacerlo sin que nos caiga encima la Torre de Babel?